En 1858 el Real Colegio de Farmacéuticos de Madrid (predecesor de la Real Academia de Farmacia), instó a los Colegios de farmacéuticos de toda España a elaborar un catálogo de plantas utilizadas en sus boticas, a través de los inventarios de sus colegiados para poder confeccionar la Flora medicinal de España . Este proyecto que quedó inconcluso, generó un número indeterminado de trabajos manuscritos que en la mayoría de las ocasiones quedaron en el olvido, aunque archivados en la biblioteca de la Real Academia. El 22 de mayo de 1942, Más-Guindal, en sesión a los señores académicos, dictó una lección en la que se repasaban los materiales aportados por los farmacéuticos, reviviendo, aunque sólo fuera parcialmente y de forma simbólica el trabajo elaborado por ellos. Entre estos trabajos figuran entre otros los de los ilustres farmacéuticos-botánicos turolenses, Francisco Loscos y José Pardo. También en la relación de trabajos aparecen los del farmacéutico de Molina de Aragón, Pascual Bailón Hergueta con tres trabajos manuscritos, dos sobre la flora Molinesa y otro sobre la flora de los Baños de Segura. Este último manuscrito está fechado en 1860 y describe la flora encontrada, durante se cree dos meses de estancia del farmacéutico en el Balneario, en Segura de Baños, pueblo de la provincia de Teruel.
(HERGUETA, 1858a; HERGUETA, 1858b; HERGUETA, 1858c; HERGUETA, 1860; MÁS Y GUINDAL, 1958; GONZÁLEZ BUENO, 1986; GONZÁLEZ BUENO, 1997; GONZÁLEZ y RODRÍGUEZ 1996)