Dos pequeñas casamenteras Garrett McHale no sabía qué hacer con su vida cuando se quedó viudo y con dos hijas. Entre el trabajo y el cuidado de las pequeñas, no tenía tiempo para nada y mucho menos para el amor... Hasta que sus hijas decidieron que necesitaba una esposa. Y conocían a la mujer perfecta para él. Maggie Bell pensaba que Garrett era un hombre muy atractivo. En seguida, su relación dejó de ser simplemente amistosa y se convirtió en algo más profundo; pero a Maggie le preocupaba la responsabilidad de tener que hacerse cargo de dos niñas tan pícaras. Además, no creía que Garrett se arriesgara a enamorarse otra vez. Pero las niñas tenían sus propias ideas.