En contraste con Esquilo, ahonda más en sus personajes, y basó sus tragedias y sus victorias en el hombre mismo, en ese hombre que obra al impulso de ideas y pasiones del mismo tiempo, en el hombre en que vida y arte, por obra y magia del clasicismo, se funden para siempre.
Reúne este volumen las siete tragedias que han llegado hasta nosotros, traducidas por José Alemany y Bolufer.