Tomás era un muñeco simpático, alegre y divertido. Sus mejores amogos, la pelota, la muñeca y el tren, lo acompañaban a todas partes, aunque a veces tuvieran que soportar su mal humor.
Un día, al despertar, Tomás encontró una gomad e borrar que a primera vista parecía común y corriente. Pero pronto comprendió que aquel objeto iba a cambiar su vida y la de sus amigos.