reúne más de veinticinco años de escritura: veinte relatos procedentes de cinco libros Mi hermana Elba (1980), Los altillos de Brumal (1983), El ángulo del horror (1990), Con Agatha en Estambul (1994) y Parientes pobres del diablo (2006), y uno más, no publicado en ninguno de estos volúmenes e incluido ahora por expreso deseo de la autora.
Cristina Fernández Cubas ha ido creando uno de los universos más originales de la literatura española, un espacio donde lo inesperado y lo cotidiano, lo inexplicable y lo real, se entrelazan secretamente para ofrecer una insólita visión de la experiencia humana. Mientras despliega audaces tramas narrativas, pobladas de escondites transparentes, altillos que encierran mundos perdidos, grietas por las que se atisba el horror, personajes desdoblados, conspiraciones que muy pocos perciben y apariciones inquietantes, la autora nos introduce en campos tan dispares como el inescrutable código de la infancia, la vida tras las celosías de un convento, un viaje sorprendente al corazón de África, la búsqueda de la identidad, la indefensión ante «lo desconocido» o los perversos juegos de la memoria y el olvido.
Explica Cristina Fernández Cubas que sus cuentos surgen del «placer de habitar espacios a los que no se ha tenido acceso, rescatar ambientes, rememorar; viajar a donde no se ha ido nunca», y también del deseo de «conjurar pesadillas, desarrollar imágenes entrevistas en sueños, resolver jeroglíficos, navegar en los límites de la razón, instalarse en un lugar fronterizo donde burlar el espacio y el tiempo...». Y, en efecto, con sutil distanciamiento, sin sentimentalismos, con gran precisión, Cristina Fernández Cubas urde sus argumentos para crear personajes, historias y atmósferas inolvidables que atrapan al lector, envolviéndolo para siempre entre sus redes.