Todos estos poemas es mi personal tentativa de plasmar el sentimiento que anega mi corazón desde siempre, creo.
O, para precisar, es mi segunda tentativa tras mi anterior poemario, Poemas de lo humano, publicado bajo pseudónimo.
En honor a la verdad, ambos alcanzan registros distintos: más extrovertido y «a pie de calle» aquél, más íntimo éste que lees; más lanzado a un interior, en la seguridad de que lo comparto en tantos aspectos con vosotros.
De formación científca, he llegado a comprender que hay belleza en la ciencia, y también una ciencia de la belleza; la esencial armonía entre el número y la palabra, en una especie de mágica cábala. En tiempos pretéritos se captaba en la métrica y rima: pasado al que no me resisto a homenajear con algún soneto.
Son el humilde fruto de la inspiración. Y pienso que, sin ella, no existe verdadero arte.