Los profesionales de la educación tenemos el deber de ajustar los criterios de las pautas educativas según la época que vivimos y actualmente estamos ante un problema social importante. Se observa una gran cantidad de niños dispersos, con poca capacidad de concentración sobre sus tareas y un comportamiento inadecuado en su vida diaria.
En la revisión de esta obra se aportan soluciones a problemas frecuentes de mal comportamiento, como morder o tirar de pelo, así como valiosos consejos y juegos para ayudar al niño a que aprenda a comportarse y cooperar tanto con sus semejantes como con los adultos de su entorno.
Asimismo, para prevenir el fracaso escolar, tan común en nuestro tiempo, en el libro se presentan juegos para desarrollar en el niño la «atención sostenida» y la «absorción total» de lo que está haciendo en cada momento y así evitar una conducta dispersa.