A partir de los famosos versículos del Eclesiastés, Joan Chittister reflexiona sobre temas atemporales: el propósito y el valor de la vida humana, el equilibrio entre alegría y tristeza, trabajo y descanso, amor y pérdida...
En su meditación acerca de las distintas fases de la vida, Chittister nos muestra que la realización personal y la verdadera felicidad humana se alcanzan, no con la acumulación de bienes, sino conociendo y apreciando lo que tenemos.
La amistad y la risa, la paciencia y la pena, la humildad y la compasión son dones que Dios nos otorga. Y constituyen los preciosos momentos de la vida misma, desde el nacimiento hasta la muerte. Estos momentos nos dicen: «Vuelve a mirar la vida, y donde hayas estado ciego, ve; y donde te hayas vuelto indiferente hasta hacerte insensible, donde tu corazón haya muerto, regocíjate ahora».