Argumento de Todas las Casas Son Ojos
Luisa se pregunta por qué en una noche lejana, uno de los hombres que mataron a su primer novio, Julián, le perdonó la vida. Mucho tiempo después, en la pedida de boda de su nieta, Nerea Gorostiza se topará con el rostro de aquel hombre pintado en un cuadro. La abuela le pedirá a su nieta que la ayude a averiguar qué fue lo que verdaderamente ocurrió durante aquella lejana noche del 39 y Nerea iniciará una investigación que no sólo la perturbará sino que le hará replantearse su boda con Álvaro de los Gabrieles. Dudas surgidas al conocer el pasado familiar, los secretos enterrados, las mentiras encubiertas y, sobre todo, saber del profundo amor que Luisa vivió en su juventud. Todo puede ocurrir cuando se indaga en las esquinadas sombras de los dos linajes, cuando el pasado alcanza al presente para enturbiar, o tal vez allanar, el futuro. ¿Es necesario descubrir las vilezas que cometieron aquellos a quienes estuvimos unidos? ¿Es preciso saber si fuimos leales a quiénes nos quisieron? ¿Precisamos saber quiénes nos han amado realmente y quienes nos aman?1