Aunque no daría sus primeros y vacilantes pasos en el frente hasta la segunda mitad de 1942, una vez acabada la «época dorada» de la Blitzkrieg, y más tarde aparecerían modelos aún más poderosos, el Tiger se ganó en la mente de las generaciones que vivieron la guerra y de las posteriores el papel de máximo exponente del poder atronador de los blindados alemanes. Otto Carius fue uno de los comandantes más exitosos al mando de estos carros pesados en la batalla, con más de 150 carros enemigos destruidos reconocidos.
Con esta obra, escrita pocos años después de finalizada la guerra, el veterano comandante de carros traslada al lector directamente al centro de la batalla, repleta de humo, barro, fuego, sangre, tensión y dramatismo. Aunque también con sus momentos de relajación e incluso alegría. Y nos revela datos e informaciones de gran valor a la hora de reconstruir y comprender muchos de los hechos que tenían lugar en el campo alemán en la segunda mitad de la guerra.
...Pude comunicarme con Kerscher justo a tiempo: «oye, Kerscher, tienes un T-34 justo detrás, ¡mucho cuidado!». Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos, Kerscher despachó al ruso con un impacto directo. El carro ruso se metió en el cráter de una bomba y ya no volvió a salir...
Otto Carius ganó la Cruz de Caballero con Hojas de Roble por su valentía durante la Segunda Guerra Mundial.