El oficial de las Fuerzas Especiales, Winslow Grange, veía las ventajas económicas de emplearse como mercenario. Después de trabajar en Texas en el rancho de su amigo Jay Pendleton, volver a las selvas de Sudamérica no iba a ser un trabajo fácil, pero ¿qué era eso para un boina verde? El corazón de una mujer, sin embargo, era pisar terreno peligroso. Estando en Texas, su mayor problema había sido evitar a Peg Larson, hija de su capataz, y las complicaciones que podría acarrearle. Pero ahora estaba en Sudamérica, y cuando más concentrado debía estar en ayudar al general Emilio Machado a recuperar el control de la pequeña nación sudamericana de Barrera, la aparición por sorpresa de Peg se iba a convertir en una distracción inevitable, porque estaba decidida a demostrarle que podía serle útil dentro y fuera del campo de batalla. Grange estaba a punto de descubrir que, una vez que la joven había conseguido traspasar su armadura, atravesar las tierras salvajes del Amazonas iba a resultarle más fácil que defenderse de sus encantos.