Los espíritus cuentan secretos. Lady Julia y Nicholas Brisbane habían vuelto de su viaje por el extranjero y habían establecido su residencia en Londres. Sin embargo, unir sus dos colecciones de mascotas, sirvientes y artilugios dejaba muy poco tiempo a los recién casados, por no decir al trabajo como investigador privado de Brisbane. Entre sus clientes estaba el propio hermano de Julia. Lord Bellmont le pidió a Brisbane que guardara silencio absoluto sobre su caso. No obstante, Julia no estaba dispuesta a que la mantuvieran en la ignorancia de nada que tuviera que ver con su amada y excéntrica familia, y pronto se implicó en la investigación. El rastro la llevó hacia El Club de los Espíritus, un exclusivo club de espiritismo donde Madame Séraphine celebraba sesiones todas las noches. sesiones a las que acudían caballeros poderosos. A partir de aquel lugar extraño e inquietante fueron revelándose una serie de actos que podían acabar con la reputación de algunos. Los Brisbane pronto se dieron cuenta de que debían permanecer unidos si no querían fracasar. Por el bien de Bellmont, y por otras cosas más que estaban en juego, tuvieron que enfrentarse a peligros que habían nacido de secretos oscuros.