¿Debemos pensar que la especie humana está destinada a la extinción por falta de unos mecanismos innatos que inhiban su propia capacidad de aniquilación, cada vez mayor, y por su tendencia a utilizarla, aun a sabiendas de sus fatales consecuencias? ¿Este destino suicida es irremediable, o todavía es posible rectificar y conjurarlo, al ser el hombre un primate inteligente que no actúa movido únicamente por su componente emotivo, sino también con arreglo a su experiencia y su capacidad cognitiva, que en él alcanza su máximo desarrollo? ¿Es su agresividad la causa principal de las guerras que han asolado al género humano desde los albores de la civilización? Y esta agresividad, ¿responde a un comportamiento innato o adquirido? Ã Los peligros arriba citados requieren una respuesta urgente a estas preguntas. En una etapa tan crítica, cuando está en juego la propia supervivencia de muchas especies, entre ellas la nuestra, se hace indispensable un cambio radical del modo de pensar y vivir, aprovechando la facultad de raciocinio, privilegio exclusivo del Homo sapiens.
URGE REVISAR POR COMPLETO LOS SISTEMAS EDUCATIVOS Y DIDÁCTICOS DE LA INFANCIA, ASÍ COMO DAR PASO A DOS GRANDES SECTORES HOY POSTERGADOS: EL JUVENIL DE AMBOS SEXOS Y EL COMPONENTE FEMENINO DEL GÉNERO HUMANO. ESTAS FACULTADES DEBEN PONERSE SOBRE EL TAPETE PARA GANAR LA PARTIDA QUE ESTÁ EN JUEGO: LA SUPERVIVENCIA DE LA ESPECIE HUMANA.
RITA LEVI-MONTALCINI