A partir de ahí, el autor conduce la narración a través de una trepidante concatenación de sucesos y ficciones que, oscilando entre la comedia y el drama, retrata con vivos colores el caos de la época. El lector avanzará de sorpresa en sorpresa hasta un desenlace que le dejará una sonrisa en los labios y cierto sabor acre en la garganta.