La competición de países, naciones, ciudades y regiones para captar recursos, talento, infraestructuras o eventos, entre otros aspectos, ha provocado el advenimiento de una lucha renovada por la singularidad, por el reconocimiento y por la diferenciación, por una hegemonía simbólica que cotiza al alza en el marco de una emergente economía de la identidad. En este contexto, los territorios ceden sus proyecciones habituales de identidad territorial a una recién llegada identidad simbólica gestionada, en parte, mediante la trasformación de territorios en marcas. La determinación de un estado de la cuestión con voluntad holística, que ordene y sistematice aquello que se ha dicho y se ha hecho sobre el tema, con la finalidad de situar en perspectiva las implicaciones inherentes a la construcción de marcas (branding) para espacios geográficos, se perfila como el objetivo principal de esta obra.