-Soy realista- lo dije mientras levantaba el tono de mi voz- dime ¿Ya estás
a gusto con lo que pasó? mañana podrás contarle a tus amigos que sedujiste a
una cuarentona y que la hiciste vibrar entre tus brazos; mañana cuando estés
con ellos, te burlaras de lo que ha pasado aquí, tú te verás como un Don Juan y
yo seré la eterna idiota que se dejó seducir... dentro de dos días no te acordarás
de mi y encontrarás a una muchacha linda que te haga sentir el hombre que
eres, así que dime... ¿Para qué alargar esta situación?
Soltó de súbito mi mano, me miró con rabia, trató de decir algo, pero cerró
sus labios mientras apretaba sus dientes, se levantó mientras golpeaba la mesa
con el puño de su mano.
-¿Eso piensas de mi? ¿Crees que maquilé todo esto para que cayeras en
mis redes... o sólo para seducirte? que signifi ca entonces; ¿Qué me seguiste el
juego? que viniste aquí para tener la aventura de una noche y luego largarte y
olvidarlo... ¿Eso es lo que estás tratando de decirme?
-¿Y no es cierto?