Argumento de Telemetropolis
Sin duda, Ciudad de México es hoy una gran metrópoli cuyo carácter global y periférico continúa reproduciendo todos aquellos procesos que han perpetuado históricamente las condiciones de diferenciación social, pero ahora con propio sello de la impronta tecnología. El paso de una ciudad basada en el modelo industrial a una ciudad intensiva en servicios de avanzadas y nuevas tecnologías, característico de la etapa posindustrial, no ha atenuado los agudos contrastes que la distinguen, muy por el contrario. El nuevo modelo, deja claro que las formas laborales en su relación con la economía reproducen y mantienen las mismas condiciones que han permitido que amplios sectores de la población se encuentren en desventaja y desigualdad de oportunidades. El nuevo rostro de lo que eran los antiguos proletarios se reafirma detrás del velo ilusorio que crea el discurso civilizador del desarrollo y el progreso. Jordy Micheli Thirión descubre un fenómeno de gran peso para las ciencias sociales y para los estudios urbanos que, a su vez, ha sido poco explorado: la presencia de los agentes laborales que alimentan y engrandecen el mercado de las TIC. Los call centers son para el autor un sector emblemático de la nueva economía, cuya actividad, el telemercadeo, representa esa parte del nuevo trabajo que mueve esta ciudad como mueve a cualquier megalópolis del mundo.1