Con Tanguy (1957) se inicia la brillante carrera literaria de Michel del Castillo. En esta novela, de contenido claramente autobiográfico, se nos cuenta el deambular ajetreado, a menudo doloroso, de un muchacho en la Europa de los años treinta y cuarenta, abandonada a la locura de los hombres. Separado de sus padres por el torbellino bélico que asolará primero España y después Francia, el protagonista conocerá los campos de concentración y reformatorios donde pretenderán anular su identidad y condicionar tanto su manera de pensar como su trayectoria vital. Tanguy es, por lo tanto, el relato de un aprendizaje en medio de la adversidad, de la orfandad provisional y de la barbarie histórica.