A veces usamos un engrudo para pegar los trozos de nuestra vida cuando se rompe. Verso o prosa poética para juntar en este diario los pedazos rotos de los días. Te he visto en azul ensueño creando una melodía de tu importancia en mi cuño, bajo un arce sin corimbo, cuando apareces en sueños, como si fueras mía, en un entreverado reloj transversal. De la cárcel de la infancia, contando ilusiones entre barrotes de alegría, hace mil vidas cuando no había tiempo, y nada sagrado nos separaba: ni los prejuicios, ni las montañas, ni los enemigos, ni el agua. Por el cauce del silencio se arrastran canciones y lágrimas vertidas rebosan el álveo de la preterición y el olvido. Piénsame en el río, ninfa de un árbol sin espíritu, soñando siempre en tu ribera, cuando me haya ido. A pesar de todo, piénsame en el río.