El trabajo se centra en aspectos de la gestión municipal, la documentación que se producía, con especial referencia a la de carácter financiero, los archivos donde se guardaba, los procedimientos usados para tenerla bien organizada y disponible para cualquier consulta, y el trabajo del personal especializado en dichas tareas burocráticas. Entre las fuentes antiguas son las leyes municipales de la Bética nuestra principal y más específica base de información. Junto a ellas hay que considerar también los datos aportados por las grandes recopilaciones legislativas promovidas por el régimen imperial (así el Digesto), las inscripciones públicas o privadas donde se refleja la actividad de las instituciones municipales, decuriones y magistrados, y la proyección social de las oligarquías locales, y también algunos testimonios epigráficos y arqueológicos que nos informan sobre los soportes materiales usados en los archivos de las ciudades romanas para conservar la documentación, e incluso sobre los espacios específicos que fueron acondicionados para tales menesteres.