Después del gran éxito logrado por la organización de San Sebastián en la edición de 1911, al año siguiente se celebró otro gran torneo en una ciudad siempre ligada a la cultura y al deporte. San Sebastián se convertía así en una de las grandes capitales del ajedrez mundial, con la presencia de los mejores ajedrecistas del momento. Y esta vez tuvo la singularidad de celebrarse a doble vuelta. Sólo hubo dos ausencias destacadas, la lógica del campeón mundial, Lasker, que ya no competía en tantos torneos como años antes, y la revelación de San Sebastián, 1911, el cubano Capablanca, quien todavía albergaba esperanzas de desafiar a Lasker y estaba enfrascado en esos asuntos.
El gran Akiba Rubinstein logró recuperarse de su discreto inicio para conseguir el triunfo en solitario tras una vibrante victoria final sobre Nimzovich. Y el dominador de la primera mitad del torneo, el austríaco Spielmann, cedió terreno al final, y terminó empatado en el segundo lugar con el autor de Mi sistema (el jugador más revolucionario de la época).
Rubinstein tuvo una actuación sobresaliente en todo el año 1912, logrando otros triunfos destacados, con lo cual se convertiría así en el aspirante natural al título mundial de Lasker.
En esta obra analizamos la mayoría de partidas del torneo, algunas de las cuales dejaban traslucir cambios en el pensamiento ajedrecístico, de la mano del gran innovador Nimzovich, enfrentado en sus teorías al clásico Tarrasch, quien acabaría en el cuarto lugar de la tabla.
La novedad de esta obra es el trabajo de recopilación de comentarios de los grandes jugadores de la época, colaboraciones especiales de dos jugadores que han pertenecido a la elite mundial en las dos últimas décadas del siglo XX, como Robert Hubner o Jan Timman, y de formidables grandes maestros, como el holandés Van Wely, los franceses Christian Bauer y Hicham Hamdouchi. Junto a ellos tres, los maestros internacionales Santiago González de la Torre, Alejandro Franco e Íñigo Argandoña, también pertenecientes al club Xake Gros Taldea, colaboraron para darle un tinte más actual a las nuevos aires de cambio que bullían de estas partidas.
San Sebastián, 1912, es considerado uno de los 50 mejores torneos de la historia del ajedrez. Y el nivel de las partidas fue superior al de la edición anterior, como asegura el director de ambos certámenes, Jacob Mieses. Entre ellas me gustaría destacar varias que permanecieron más allá de su tiempo y que son todavía recordadas por su gran profundidad: Rubinstein - Schlechter, Tarrasch - Teichmann, Nimzovich-Tarrasch, Leonhardt - Nimzovich y Tarrasch - Rubinstein.
El gran maestro Alfonso Romero Holmes es uno de los autores españoles más prolíficos, y sus obras Estrategia Creativa y Problemas de Estrategia han sido traducidas al inglés, francés, italiano y ruso.