Una increíble imaginación plástica tatuada por el autor desde el humor y la locura del Quijote, interpreta los pentagramas de un sueño de amor imposible... pero capaz de restañar todas las fracturas de la felicidad.
Es ese juego eterno de amor y temor, coraje y riesgo, esperanza, lucha y dolor... todos viajeros de un túnel del tiempo que gracias al autor, nos hace tan familiares los dioses romanos y mitos griegos como las voces de nuestros ancestros.