Mi poética es necesidad
es ponerse la mano en el costado
tras la cuchillada para evitar no desangrarse,
mi poética es un lapicero a la inversa
apuntando hacia el cerebro,
es la saliva con sabor a sal
después de la dentellada,
una flor que brota de entre el asfalto
y aplasta a las botas que desfilan,
mi poética es actitud y aptitud
es el mismo jersey que cuando era niño
es la manía de contestar a mamá
es un semicírculo que espera
a la mitad de un cuadrado,
mi poética espera en el banco
de la plaza del espolón de Logroño
con la cabeza hacia abajo.
¿Mi poética?
Inevitable.
Créanme.