Este tipo de deporte es uno de los ejemplos más claros y que mejor reflejan cómo una actividad física sencilla, destinada en principio al entretenimiento femenino, una vez estructurada en base a parámetros fisiológicos para que su práctica tenga un efecto positivo en la condición física de quien la practica, y tras ser convenientemente promocionada a través de los medios de comunicación disponibles (en función de la tecnología existente en cada momento de su evolución), con el objetivo de lograr su aceptación popular y extender su práctica a millones de personas, ha adquirido identidad propia y se ha convertido en una práctica deportiva institucionalizada que no sólo sigue ganando adeptos día a día, sino que goza de una estructura competitiva a nivel mundial cada vez más afianzada, e incluso ha logrado el status de contenido educativo de fácil aplicación dentro del marco de la Educación Física.