Allí nacen los Vígias de la oscuridad, un grupo de cazadores, dotados de unos increíbles sentidos que desarrollan a través de un duro entrenamiento. Una luna, los Vigías salen de cacería y encuentran a un mensajero hemodoí, que les informa de la caída del Reino de Alrlok y la pesquisa organizada por Lécerik, el patrón de Hemodoe, para intentar encontrar al desaparecido Oktur.
Los Vigías del asentamiento deciden emprender un viaje sin destino para localizar al joven guerrero del que tanto hablan.
Sólokor, un chico de corta edad, es encontrado por uno de los Vigías en el bosque, herido de gravedad y sin recordar nada de su vida anterior. Una vez tratadas sus lesiones decide acompañar a los cazadores en su búsqueda para intentar descubrir su pasado.