Esta vuelve a ser una historia sobre las bondades de compartir, aunque ahora narrada sin humor, solo con ternura.
En ¡Sólo una puntita ! (Corimbo) ha llegado el invierno y nieva . «La gallina Lea está bien calentita con su bufanda» y el pollito, «muerto de frío», le pide «una puntita de tu bufanda». Lea accede «apretujando tiernamente al pollito contra ella». El conejo llega igualmente «helado» y la historia se repite.
Todo cambia cuando se presenta el zorro. Él dice «amigos», pero ellos «no se fían» y todo son excusas:
La bufanda es demasiado corta de mi lado dice el conejo.
Imposible, estoy en medio, no me puedo mover dice el pollito.
¡Esta punta es diminuta! dice Lea.
El zorro se marcha, apesarado, pero los tres amigos se lo piensan y aceptan vencer el miedo. Al final, el zorro los abraza y exclama «Sois verdaderamente ... ¡adorables!»
Se podría decir que el cuento parte de un sinsentido , o lo favorece: no solo es normal que una gallina, un pollito y un conejo desconfíen de un zorro, sino que es sano que lo hagan así. Sin duda lo es, pero en los cuentos para los más pequeños, es tópico que la paz y la amistad importen más que la zoología; y a fin de cuentas, el miedo a compartir de un niño de 1 o 2 años se dirige contra todo lo que se mueve, zorro o gallina, por lo que el tópico no es desacertado, tiempo habrá de precisiones científicas.
Las ilustraciones lo proponen así mismo, centrándonos en las emociones y sensaciones: frío, acogimiento, placer, temor y felicidad. Es un cuento tierno para disfrutar con los más pequeños, muy adecuado para las fechas invernales y quizá también para las navideñas.