En mayo de 2017 un coche apareció calcinado junto al pantano de Foix, en la provincia de Barcelona. En el maletero, los Mossos d?Esquadra hallaron, irreconocible, el cadáver de Pedro Rodríguez, un agente de la Guardia Urbana. Dos semanas después, la policía detenía a la novia del agente asesinado, Rosa Peral, y a Albert López, ambos miembros del mismo cuerpo policial, por el asesinato de Pedro. Rosa y Albert habían sido amantes durante años ?seguían siéndolo, de hecho?, y habían plantado una serie de pistas falsas que inculpaban a Rubén, el exmarido de Rosa, del asesinato. Cuando se descubrió todo, empezaron a culparse entre ellos.
Lo que la investigación destapó a continuación ?mentiras, encubrimientos, relaciones paralelas, episodios de violencia policial, pornovenganzas, manipulaciones y chapuceros intentos de taparlo todo? aún está pendiente de juicio, pero de lo que quedan pocas dudas es de que lo ocurrido entorno al triángulo amoroso formado por Pedro, Rosa y Albert no podría haberlo imaginado ni el guionista con la imaginación más desbocada.