Esta obra pretende contribuir a llenar un vacío en la historiografía española sobre el asunto, para lo que se ofrece el estudio y edición de la correspondencia de Dionisio Tomás de las Cagigas, un marino español que sufrió el cautiverio de guerra entre 1794 y 1795, en Francia, y en alta mar a manos de Inglaterra, testimonio gracias al cual tomamos contacto con los avatares del fenómeno político que marca el punto final del Antiguo Régimen y conocemos la realidad de los prisioneros de guerra extranjeros en Francia en unos años que cambiaron el mundo, al mismo tiempo que se estudian las condiciones de vida de los franceses en España en ese periodo.
Además de los diversos problemas materiales que genera la captura de prisioneros (su elevado número, la necesidad de alojarlos, vestirlos y alimentarlos, los gastos económicos derivados?), se vive en esta época un abierto debate entre las autoridades militares y civiles acerca de la consideración del enemigo y del trato que merece tras ser capturado: mientras algunos oficiales salen en defensa de los prisioneros de guerra, a quienes contemplan como hombres de armas que merecen toda consideración, dirigentes políticos como Godoy insisten en que se les restrinjan todas las posibilidades de movimiento o comunicación. Finalmente se impondrá la opción más radical, motivada por el pánico que se siente hacia la Revolución y su difusión entre el conjunto de las monarquías europeas.