A principios de junio de 1808, un atribulado jovencito de uniforme, llega a Córdoba en medio del desbarajuste propio de una ciudad en armas. No sabía que era el inicio de una guerra larga y cruel que asolaría las tierras de España.
Lances tabernarios, tumultos callejeros, escaramuzas de muy distinto signo -para culminar en la batalla de Bailén-, serán algunas de las peripecias que tendrá que vivir el joven Rafael Hidalgo.
A sus quince años, conocerá el primer amor, el primer amigo muerto, el primer enemigo abatido en combate. Conocerá los horrores de la guerra, las mieles de la victoria, el odio y la venganza, todo ello inmerso en un mundo que cambia a ojos vista.
El autor nos sumerge en la dura vida del soldado desde la más rigurosa y exhaustiva investigación, donde todo nos transporta a tan aciago año. Su conocimiento del arte y las costumbres militares, hacen más verosímil el relato y nos hace compartir con estos sufridos hombres, la penosa experiencia de una guerra.