Para Alan es su vida. Los estudios, la familia, los amigos, todo eso está muy bien, pero no es comparable a lo que siente cada tarde, en la piscina, junto a su equipo de natación.
Hasta que un día todo cambia. Una lesión le hará caer en un pozo tan oscuro que le paraliza. Ya no quiere nadar y todos saben eso no es bueno para él, pero tiene que ser Alan quien de el primer paso, quien se atreva a lanzarse de nuevo a la piscina.