El recorrido a través del Eros («gran vinculador y desligador»), de la relación entre los sexos, el matrimonio, la comunidad y la relación terapéutica, pone de manifiesto la importancia que para la psicoterapia junguiana tiene no sólo la relación de transferencia entre médico y paciente, sino la relación humana. Ocupado en transmitir a sus pacientes «la ficción que cura», Jung hace sobre todo una invitación a «vivir psicológicamente», dedicado como estuvo a fomentar con su trabajo el desarrollo del individuo.