Las condiciones de vida en el Berlín de los años noventa son más extremas y complejas que en el resto de Alemania. Una tendera bosnia aboga por el sexo rápido en las escaleras. Un especulador inmobiliario echa pestes sobre el capitalismo. Una sesentona \"progre\" se preocupa por el futuro de su hijo menor. Su nombre es Mario, tiene 32 años y vive en un piso compartido en el centro de Berlín. Un día aparecen en su casa unos rumanos que en vano esperan el pago de su salario. Como antiguos vecinos, disfrutan del derecho al asilo en la cocina del piso. Mario no tarda mucho en hartarse de ellos y pone en marcha un plan para cobrar sus deudas.
Situaciones berlinesas es la suma de diversas historias, a través de las cuales Zelik, con un lenguaje muy irónico, realiza el retrato de una sociedad en transición.