Las dos obras que aquí se presentan, Simón y La casa de Isabel Abad, nos descubren a una nueva voz del teatro español. Como ocurre en las mejores obras de un Martin McDonagh, Sergio Torrejón nos confronta de un modo visceral con fantasmas de nuestro pasado, recobrando esos aspectos más primitivos y reprimidos de nuestro propio ser. El autor va más lejos aún y logra confrontarnos a ellos con el humor como instrumento, engañándonos, consiguiendo que nos riamos de nosotros mismos, para luego enseñarnos un abismo y congelar nuestra sonrisa. Ambas obras presentan visiones de inspiración rural con tratamiento descarnado: La casa de Isabel Abad nos plantea un contexto familiar en clave despiadada, mientras que Simón nos sumerge a la España profunda durante la posguerra. Estas son obras arriesgadas, muy logradas, con personajes que vienen a recibirnos a la puerta. Esa apasionante mezcla sensorial de lírica y violencia no dejará indiferente a nadie