Un año después de Elegidas, la vida de Fredrika y sus colegas ha cambiado bastante. Alex se está sometiendo a terapia y Fredrika está embarazada. Su unidad es asignada a la investigación de unos casos sin aparente conexión: quince años atrás, una adolescente fue asaltada y violada. Hoy, un hombre sin identificar resulta muerto en una persecución. Nadie lo reclama, nadie lo busca. Al mismo tiempo, un predicador y su esposa son hallados muertos en su apartamento; parece un suicidio. Tras todo ello descubrirán una red de tráfico de personas que apunta en direcciones que nunca hubieran podido sospechar.