Argumento de Siete Cuentos Japoneses
Encuadernación: Rústica
La refinada sensualidad, la subversiva idea del deseo, la sutil concepción de la belleza y el permanente contraste entre tradición y modernidad se condensan de forma proverbial en esta selección de relatos. En estos siete cuentos, elegidos entre una vasta producción y ordenados cronológicamente, el lector percibirá la evolución de la narrativa breve de Tanizaki, desde su fascinación inicial por Occidente a la exaltación de los valores de la tradición japonesa.
La diversidad del mundo narrativo de Tanizaki queda reflejada en relatos como «El bufón», un divertido retablo del Japón de los albores del siglo pasado. En «El espía alemán» podemos rastrear la experiencia del propio Junichiro y su encantamiento juvenil con lo extranjero sobre lo japonés. La espiritualidad que ilumina «Los dos novicios» supone un destello casi único entre los cuentos de Tanizaki, que muestra su versatilidad en «En el camino», un relato de corte detectivesco, o regresa a sus obsesiones eróticas en el cuento «Los pies de Fumiko», paradigma de la magistral capacidad del autor para cantar la belleza femenina. El edípico «Nostalgia de mi madre» y el aleccionador vodevil de «Los techos rojos» cierran esta selección, en la que Tanizaki demuestra una vez más por qué es uno de los grandes maestros de la literatura japonesa contemporánea, admirado por figuras como Yukio Mishima o Henry Miller.
Junichiro Tanizaki (Tokio, 1886-Yugawara, 1965) nació en una próspera familia de comerciantes, pero en 1894 llegarían la ruina, las deudas y una serie de humillaciones que marcarían al joven Junichiro y, con ello, la psicología de sus futuros personajes. De precoz vocación literaria y avidez lectora, estudió literatura japonesa en la Universidad Imperial de Tokio y se interesó por las letras occidentales. La temprana influencia de autores como Poe y Wilde se revela en cuentos como «El tatuador», de 1910, cuando empezó a escribir artículos periodísticos y piezas breves de narrativa, poesía, teatro y ensayo.
La primera etapa literaria de Tanizaki muestra esa fascinación por un Occidente al que no viajó nunca, pero desde 1926 y en su madurez regresaría a los temas y motivos del Japón tradicional: en 1933 publica su célebre ensayo El elogio de la sombra y en 1949 recibe el Premio Imperial de Literatura por La madre del capitán Shigemoto. Su obra La llave, una trasgresora correspondencia erótica, desató la polémica en 1956, y en 1964 fue el primer japonés en ser elegido miembro honorario de la American Academy of Arts and Letters, lo que confirmó a Tanizaki como puente literario y artístico fundamental del siglo XX entre Oriente y Occidente.0