Al sur de Andalucía y encuadradas en la Cordillera Penibética, las sierras Almijara y Tejeda se elevan a lo largo de la línea divisoria de las provincias de Málaga y Granada. En la vertiente malacitana se ciñen a una porción de la comarca de La Axarquía y en la granadina se expanden por parte de las de Alhama y la Costa Tropical.
Los fuertes desniveles marcan la tónica general de estas montañas. Ejemplos típicos de dichos relieves los hallamos en el espectacular barranco de los Cazadores o en los impresionantes despeñaderos de los tajos del Almendrón y del Sol, que llegan a superar varios centenares de metros de caída vertical. La Maroma, con 2.065 m de altitud, se alza como el bastión más elevado de este sector de Andalucía. En la franja costera de Maro-Cerro Gordo, las laderas caen en abismales pendientes hacia el mar, perfilando unos destacados acantilados entre las poblaciones de La Herradura y Nerja.
En otros casos, las altas cimas se asoman al litoral, como el pico Cielo (1.501 m), separado de la playa de Maro por una distancia en línea recta inferior a los 6 km, todo un récord de desnivel en el alargado litoral andaluz. Son peculiares de estas montañas los cahorros, estrechos y profundos cañones horadados por la fuerza del agua, que en algunos casos se estrechan de tal manera que es posible tocar ambas paredes con los brazos extendidos.
Algunas cumbres son muy visitadas por su extraordinaria belleza y por las magníficas panorámicas que ofrecen del entorno; es el caso del Lucero (1.779 m), en cuya cima aún perduran los restos de una caseta de vigilancia de la Guardia Civil, remembranza de otros tiempos, cuando estas agrestes sierras eran recorridas por arrieros, resineros o los famosos maquis.