Para la autora de este libro, Susan Sontag era «una mentora natural». En estas emotivas y lúcidas memorias, nos habla con sutileza y gratitud de esos años, y describe con una agudeza extraordinaria el ambiente cotidiano y académico que la rodeaba en su vida emocional e intelectual, o el efecto y las reacciones que esta extraordinaria mujer causaba cuando publicaba un nuevo libro, impartía una conferencia o, simplemente, entraba en una habitación.