Es una hipótesis. Y la autora lo ha hecho con la finalidad de encontrar esos elementos de la gran doctora de la Iglesia que pueden ser tan válidos para el hombre y la mujer del s. XXI como para los del s. XVI. Este esfuerzo de adaptación a la actualidad puede parecer un excesivo afán de divulgar la doctrina de santa Teresa de Jesús, pero la autora no se resigna a que sea desconocida esta riqueza para el gran público por culpa de elementos comparativos utilizados por la Santa y que pueden estar alejados de nuestra sociedad. Por eso, partiendo de las dos grandes alegorías teresianas para explicar el proceso de la oración (las maneras de regar el huerto y el castillo interior), ha aprovechado esos dos temas tan actuales de la ecología y la vivienda para adentrarse en la riqueza de un camino al que todos estamos llamados: la unión con Dios.