Los lectores no se fabrican en serie. La lectura es un enorme fracaso en la escuela y la universidad porque hemos hecho obligación del placer. La lectura es otra cosa: no adorar los libros por ser libros (papeles pintados), sino porque son provocadores de todos nuestros sentidos.
El libro y la lectura adquieren sentido cuando suscitan reflexiones, dudas, inquietudes, subversiones, gozo y desdicha, euforia o melancolía en quien lo lee. Porque al leer, nos leemos y adquirimos más conciencia de lo que somos; al leer, pensamos y sentimos lo que ya hacemos, de todos modos, sin libros.