Los dos versos que cierran el soneto XVIII de William Shakespeare, y que ilustran la portada: «En tanto un ser aliente, o unos ojos miren / Esto estará vivo y te dará a ti vida», expresan poética y rotundamente el misterioso poder de la creación literaria, la suya propia en este caso. Su aspiración a la inmortalidad y su ambición universal no se han reducido al efecto y consiguiente enriquecimiento vital que su obra haya podido producir durante siglos en el lector o el espectador de su teatro. Sus textos han rebasado la intimidad del diálogo interpersonal para saltar a la arena del debate ideológico y político.