Argumento de Servidores de la Palabra
La comunicación, la buena comunicación, es un arte que requiere conocimiento y ejercitación. La palabra es usada entonces de forma adecuada y educada; cordial y correcta, en cuanto al modo y en cuanto a la gramática también. El poder de la palabra es grande y bipolar o ambivalente. Alienta, anima, construye; enciende la vida en gozo y esperanza en aquellos que reciben mensajes positivos. Pero también daña, hunde, atormenta; «hay palabras que matan», acuñó hace siglos la sabiduría popular. Del mismo modo, el misterio de Dios se ha hecho comunicación para la humanidad y se ha ido mostrando y dando a conocer a lo largo de los siglos. El autor de la carta a los Hebreos lo expresaba con rotundidad: «De una manera fragmentaria y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo» (1,1-2). Servidores de la Palabra es el título bajo el que se recogen y ofrecen los contenidos de un curso de comunicación y predicación. Dentro de la Iglesia, todos los que nos sentimos vitalmente comprometidos con la causa del Señor Jesús somos conscientes del valor irrenunciable de la oferta de la Palabra para el brote de la fe en el corazón del oyente.0