El matrimonio Graybrooke transcurre unos meses navegando en la confianza de que la cercanía con el mar permita a su hija Natalie recuperarse de una enfermedad. A bordo, Sir Graybrooke, la promete a Richard Turlington, un ávido y ambicioso comerciante que se encapricha de Natalie y de los intereses que su unión con ella le pueden proporcionar. Este matrimonio por conveniencia no ilusiona a la señorita Graybrooke quien, en realidad, está enamorada de otra persona, su primo Launcelot Linzie.