Escribir de seguridad en tiempos de crisis es arriesgado porque la sensibilidad de todos ante los peligros es mayor. Por eso mismo también es conveniente. Peligros para nuestros trabajos, nuestros ahorros, nuestras vidas. Y es que la seguridad es parte del negocio porque, sencillamente, permite el negocio. Sin seguridad, todo terminará en quiebra. La literatura acerca de la seguridad suele ser muy técnica. Y suele interesar solo a los adictos y a los profesionales de algunos sectores. Así no vamos a ninguna parte. En cualquier organización, es necesario que todo empleado y que todo directivo se aproxime a esta área de conocimiento y de gestión obligada. Es preciso acabar con el tópico de que la seguridad parece solo gasto y trabas para trabajar. Tan peligroso es que los responsables de negocio expresen su incomprensión e incluso desagrado ante las consideraciones que les presentan sus responsables de seguridad, como que los responsables de seguridad de la empresa no acierten a lograr que los responsables del negocio presten la debida atención a estas cuestiones.
Este no es un docto libro técnico. Tampoco es tecnológico, ni jurídico, ni normativo. Por supuesto, no es un manual. Este libro apunta a la cultura corporativa. Se dirige a la dirección de la organización con el objetivo de que asuma la seguridad y la gestión de los riesgos como un proceso más de su actividad profesional. De su negocio. La intención de este libro es sencilla: ayudar y concienciar a quienes, en puestos de responsabilidad de las organizaciones, trabajan junto y gracias a (no a pesar de) la seguridad de su organización. Si en el ejercicio del marketing y de la diplomacia interna de nuestra empresa todos nos ejercitamos en la empatía, mejorará el buen rollo colectivo y el negocio, porque la actividad será más segura... incluso desde el punto de vista de la estabilidad laboral. Mejorará la satisfacción personal de todos.