En este libro Joan Margarit ha querido extremar su apuesta por la esencialización del discurso poético. Al mismo tiempo ha sometido la versificación a una tensión aún mayor. Se pierde la señal es un libro que se lee febrilmente, pero a posteriori es necesario volver a él para profundizar en los conte nidos y las peculiaridades formales. Se pierde la señal nos ofrece dos lecciones dignas de aprender: una obra extensa
puede ser una obra de excelencia sostenida. La poesía no es una cuestión mayoritariamente de los años de juventud.
D. SAM ABRAMS