A finales de 1788, toda Francia era terreno abonado para la revolución, pero solo unos pocos hombres podían esparcir la simiente capaz de hacerla brotar. Uno de ellos, Philippe de Vilmorin, joven seminarista educado en los nuevos ideales, es asesinado en duelo desigual por el marqués de La Tour d'Azyr por denunciar el despotismo de las clases privilegiadas y por poseer el peligroso don de la elocuencia. Ante el cuerpo sin vida de su amigo, André-Louis Moreau, abogado pragmático y poco dado a la defensa enardecida de ninguna idea, jura extender por todo el país la voz que el aristócrata quiso acallar con la muerte. Acusado de sedición, entra a formar parte de una compañía de cómicos de la legua. Su mordacidad y talento en los escenarios le harán triunfar tanto sobre las tablas, oculto bajo la máscara de Scaramouche, como en la Asamblea, donde será el paladín del Tercer Estado.