Argumento de Satiricón
Comencemos con el autor. Artemio Zarco nos recuerda a aquel hombre total del Renacimiento, tan contradictorio con el especialista de la actual sociedad globalizada. Hijo de un anarquista muerto en combate en las estribaciones del Gorbea defendiendo a la República; alumno becario en un Colegio de la Compañía de Jesús; abogado en ejercicio, profesión en la que triunfará plenamente, culminando así una trayectoria notoriamente dikenssiana y sin embargo, nada más diferente que el satisfecho hombre hecho a sí mismo, como es fácil de comprobar con un mero atisbo de las siguientes líneas del presente libro. Puesto que Zarco, sobre la esencialidad de un jurista profesional, es además un escritor de fácil y elegante pluma literaria; autor de novelas de picante acidez y solvente crítica, que nos proporcionan datos para entender adecuadamente un tiempo y un País; además de prolíficos cuentos de autorreconocida clave rabelesiana, de sarcástica mofa de toda autoridad, comenzando por la militar, por supuesto. Escritor en un desván, con el acompañamiento de música clásica, que parece, en su parafernalia preparatoria, más propia del gran Honoré de Balzac. Literato en los tiempos muertos de las exigencias profesionales del derecho, que precisamente basa en esa distancia su sentido crítico y su aportación al sonoro mundo de las letras.José Manuel Castells1