Fascinante retrato de la Santa Muerte en el que Andrew Chesnut da cuenta de un culto que día con día suma más devotos. No obstante la condena de la Iglesia católica, los poderes sobrenaturales de la Santa atraen a millones de Latinoamericanos e inmigrantes en los Estados Unidos, quienes creen en los milagros obrados por la Dama Poderosa, cuyas efigies y objetos de culto superan con mucho las ventas de los de la virgen de Guadalupe y de San Judas Tadeo. En especial, Chesnut muestra que la imagen de la Santa Muerte como patrona de narcotraficantes y criminales, difundida por los medios de comunicación, solo es una parte de su culto: además de las frecuentes peticiones de protección dirigidas por agentes de la DEA y de la policía mexicana, la Santa Muerte es curandera sobrenatural, doctora corazón, promotora de la buena fortuna, abogada defensora y ángel de la muerte.