En 1306 Felipe IV Rey de Francia, agobiado por sus deudas con la orden de los Templarios presiona al Papa Clemente V Para que disuelva la orden de los templarios. Muchos templarios fueron apresados, inducidos a confesar bajo tortura y quemados en la hoguera. Su intención en hacerse con el tesoro de los templarios. Al amanecer del viernes 13 de octubre de 1307 todos los templarios de Francia serían apresados por los hombres del rey y quedarían detenidos; sus preceptorías serían incautadas en nombre de la corona; sus bienes serían confiscados. Pero, aunque al parecer el golpe se descargó por sorpresa, tal como pretendía el monarca, éste no consiguió que se cumpliese su objetivo principal: apoderarse de la inmensa riqueza de la orden. Nunca dieron con ella, y la suerte que corrió el fabuloso «tesoro de los templarios» sigue siendo un misterio Quinientos años después los Nazis se hacen con el poder en Alemania y poco después se desencadena la segunda guerra mundial. Hitler en su afán de buscar los tesoros de Europa pasa por alto la pista que puede llevar a la localización del famoso tesoro de los templarios. Setenta años más tarde esa pista cae en manos de Alejandro, un instructor de buceo, apasionado de las motos que disfruta de su recién adquirido divorcio, hasta que su vida cambia al entrar en un bar. Después de tantos años todavía se sigue buscando el tesoro de los templarios, y eso hace a Alejandro entrar en un mundo de traiciones, mentiras y una búsqueda que no ha querido hacer y que no ha buscado.