Por desgracia, su hijo falleció tres años más tarde, pero las vivencias de su madre hicieron que se dedicara a profundizar en el camino de la sanación. Así consiguió convencer a los médicos del University College Hospital de Londres para que le permitieran ofrecer sus técnicas a algunos pacientes. A pesar de que comenzó realizando un trabajo voluntario a tiempo parcial, la demanda de sus servicios hizo que se convirtiera en la única sanadora que engrosaba la nómina del Servicio Nacional de Salud británico, equivalente a nuestra Seguridad Social.
Este libro es una historia maravillosa e inspiradora para todos aquellos que sufren, ya sea por una dolencia emocional o física, y para las personas que cuidan enfermos. Un verdadero equilibrador de las energías.