Los pañales y los pucheros forman parte de la vida de Salva las 24 horas del día. Este padre primerizo ha empezado a trabajar en un ambulatorio como enfermero de pediatría. Desde el comienzo, no solo se da cuenta de que la conciliación familiar es un unicornio con alas, también descubre los entresijos de los centros de salud, y no siempre de la mejor manera.
Las dudas sobre la lactancia, el debate sobre las vacunas, el sobrepeso o la desesperación de algunas «mombies» (aquellas madres-zombies que se identifican a una legua por los ojos de mapache) traerán a la consulta un abanico de pintorescos personajes. Además, este joven enfermero se verá en más de un aprieto cuando sienta que alguno de los médicos infravalora sus consejos.
Y como en casa del herrero, cuchillo de palo... en su vida familiar también tendrá que batallar con su propia madre, a quien le cuesta comprender que a un bebé no se le puede dar natillas, por mucho que a la hija de Salva le gusten. Aunque esa cruzada ya la puede dar por perdida.